Ojos perlados, perlas brillantes,
estrellas fulgurantes que alumbran tu mirada,
luces celestiales que cambian de color.
Un día desprevenido me atreví a mirarlos
y aunque sólo de paso iba mi mirada
una vez ahí ya no pude escapar
a esos ojos que hechizan, que vencen voluntades.
Detienen el tiempo o así me lo parece
cada vez que veo esos ojos verdes,
grises, perlados, dorados, brillantes.
Como dos estrellas brillan con luz propia,
con una luz propia o mas bien interna
una luz interna que sale de tu alma
cálida, amable, hermosa, agradable.
Resplandece en la noche, quemando corazones,
dejándolos marcados para toda la vida.
J.R. Abella
Esta bien bonito el poema...
ResponderEliminarGracias, Saludos!
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